Uff, menuda nochecita.
Gracias a todas
las que vinísteis, muchas con vuestros maridos esperando en la
puerta (“vámonos que hemos quedado", "venga que nos estamos perdiendo...”, "campana y se acabó", y todos sus habituales comentarios). Espero que os encontráseis bien
atendidas, y bien amenizadas, que teníamos a los chavales del
Conservatorio justo enfrente, qué gozada para los que nos gusta la
música (desde aquí mi agradecimiento a los músicos, y también a la persona que se le ocurrió tan magnífica idea). Mis niños estuvieron enganchados un buen rato de la tarde.
Y desde luego, a los estudiantes -algunas, jovencísimas- supongo que
les vendría de perlas lo de tocar en público de esa manera tan poco
usual.
Mis niños también me contaron los espectáculos en la Escuela municipal de Música (con magia incluida), y el zumba multitudinario en el Paseo, y las aventuras de “el elixir de la vida” en la Plaza de San Pedro. Y alucinaban con las colas para entrar a los refugios subterráneos, que llegaban hasta la Puerta de Purchena, con algunos conciertillos celebrados en escaparates de tiendas, o una sesión de Dj en un estanco (!)
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Chiquillería en la Plaza de San Pedro |
Mi vecina de la Nave Blanca causó también sensación con un graffitero en vivo que estuvo pintando un lienzo a todo lo largo de la noche, y por supuesto, también con el dirigible del tiburón que sobrevolaba las cabezas de grandes y pequeños. Y de los bares para qué voy a hablar, abarrotados.
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El artista y su cuadro fueron una expectación en La Nave Blanca |
Cerramos casi a las 12 de la noche, a
tiempo para ver un montón de caras conocidas -y cansadas-, y el
ambiente en todo lo suyo. Y para tomar algo, esta vez en San
Francisco 24. Vuelta a recoger a los pollitos de casa de los abuelos
-gracias!!- y a dormir a casita, que el sábado tenía que hacer
cosas antes de abrir, entre otras ir -por fin- a la pelu.
Pues parece que la noche en blanco en Almería se consolida, y eso que el pasado 2012 fue la primera vez, y ya no imaginamos una primavera sin esa noche. Creo que se convertirá en una de esas noches emblemáticas que va a marcar el inicio del verano (aunque anoche calor no hizo mucho, más bien ninguno). Y sinceramente, cada vez que veía turisteo con pinta de extranjeros, me alegraba por la impresión que suponía se están llevando de nuestra ciudad, y a esto contribuimos todos (desde el músico al camarero, pasando por el pequeño comercio, o el concejal encargado).
Y no quiero que se me olvide. Un beso
también a mi amiga y vecina Mariángeles, que esta semana nos va a
dejar su huequito en la calle. Te vamos a echar mucho de menos, y
además, je, je... se terminó el tráfico de novelillas que
llevábamos. Que tengas suerte y pásate a vernos, guapa.
Este año no pudimos pasar a verte! pero estuvo genial! muchisima gente por las calles!
ResponderEliminarY que lo digas, me alegro que lo pasáseis bien.
ResponderEliminarUn beso,
Rocío